lunes, 24 de mayo de 2010
El efecto de lo prohibido
Muchas "dietas" de restricción calórica, llevadas a cabo por quienes desean bajar de peso, restringen un sin fín de alimentos, y un gran número de ellos suelen ser de nuestros favoritos. Sin embargo, son dietas mal planteadas e injustificadas. Hay quienes dicen: ¡la tortilla engorda!, cualquier alimento del cual rebases el límite del consumo, por supuesto que te engordará y no será unicamente culpable la tortilla, o el pastel o el pan.
Según expertos en psicología y comportamiento alimentario, el prohibir un alimento implica el efecto contrario: un mayor deseo por comerlo. Es por esto que es conveniente dejar un margen para los alimentos preferidos. Si a Jaimito le gustan mucho los pinguinos y a fuerza tiene que comer si no no vive, en un plan de alimentación lo ideal sería que consumira al menos 1/2 o 1. Es posible dar ese tipo de permisos, por que de lo contrario desembocaría en un descontrol alimentario, provocando el anhelo contínuo y repetitivo de comer aquello que se prohibió, hasta que llega un momento en el que será dificil resistir la ansiedad y se rompe con el esquema de alimentación para cumplir el capricho, y la mayoría de veces termina en un atracón que favorecerá al famosísimo rebote de peso.
La clave está en comprender que el consumo moderado y puntual de alimentos favoritos, ayudará a no sentir culpabilidad al comerlos y calmará la ansiedad sin que aumenten muchísimo las calorías de la dieta.
Cantidad y calidad en un plan de alimentación van de la mano. Una alimentación equilibrada implica consumir una variedad de alimentos en porciones adecuadas según tu actividad física, edad y estatura, y/o estado de salud-enfermedad.
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