jueves, 25 de marzo de 2010

juevebes, vebeiernes, sabadrink... queeeée??

El fin de semana llegó y muchisimos saldrán a tomar unas cuantas copas incontables, por lo que dedicidí escribir sobre... ¿ya adivinaron?... alcohol!! Vamos por partes:
Técnicamente, el alcohol es producto de la fermentación de almidones y azúcares, es un depresor del sistema nervioso central, actúa como calmante y anestésico.
En cuestión de nutrición, se considera una bebida que tiene calorías. La cuestión aquí es que son calorías vacías, es decir, no aporta vitaminas, minerales ni nada. No nutre y sí intoxica. El hígado tiene capacidad nula para filtrar alcohol, cualquier cantidad, por mínima que sea, daña los hepatocitos (células del hígado). Lo que sucede también, es que estas células son las que más fácil y rápido se regeneran en el cuerpo, lo que hace que el hígado de alguna manera se “reconstruya” todo el tiempo. Por eso podemos tomar alcohol. Lo que deberíamos hacer es tomarlo con moderación. Cosa que no siempre sucede.
Todos alguna vez hemos tomado alcohol y seguramente lo volveremos hacer aunque sea poco. En la proxima entrada te explicaré por qué es importante contar las calorías que aporta a nuestra dieta y cómo calcularlas.